martes, 9 de diciembre de 2008

La Iglesia, por fidelidad al Dios de Jesucristo, debe defender los derechos de los pobres y los desvalidos

Estamos comprometidos como cristianos con todos los hombres y con todo hombre por el solo hecho de serlo. Esta afirmación podria quedar como principio universal abstracto, expuesto a ser utilizado para legitimar nuestros propios derechos y los de nuestro grupo, postergando o incluso, negando los derechos de los más. Y nuestra historia actual ilustra demasiado bien la gravedad de este riesgo. Por eso la tradicion bíblica no nos habla abstractamente de "los derechos del hombre", sino concretamente, en cada contexto historico y social de "los derechos de la viuda y el huerfano, del asalariado y del afuerino". Por eso mismo Jesús nos explica que "amar al próximo" significa "aproximarnos" al hombre de otra idea o de otra clase que yace herido y despojado a la orilla del camino (Lc 10,25-37); significa ponernos al servicio de los que padecen hambre, de los que no tienen cómo protegerse de los elementos, de los encarcelados (Mt25,31-40). Todo esto se nos pide, no como un consejo para ser buenos, sino como exigencia impostergable del "reinado de Dios y su justicia". Porque Dios mismo se nos ha revelado históricamente como el Liberador de su pueblo oprimido, como el Defensor del derecho de los desvalidos, como el verdadero Rey de Israel que hace justicia a los pobres y humillados del pueblo. Por eso el mismo Jesús proclama bienaventurados a los pobres y los perseguidos, porque ya llega el reinado de Dios a restablecer la justicia e inagurar con los pobres y los marginados de la sociedad de su tiempo, para anunciarles en concreto la buena nueva de su liberación (Lc4,16-21 y 7,18-23). Haciendo esto, Jesús es consiente de que está desafiando a los criterios y los grupos dominantes en su tiempo, exponiendose a ser motivo de escandalo y padecer la persecucion, porque sabe que está tratando de "poner de pie a un mundo al revés". Por eso la Iglesia, para dar testimonio de ese Dios y continuar la misión de ese Cristo, debe acreditar su mensaje con los mismos "signos": echando sus raices entre los pobres y marginados de nuestra tierra, actuando en la defensa y promoción de los derechos de los desvalidos de nuestra sociedad, dispuesta por ese motivo a no ser tratada mejor que su Maestro.

Ronaldo Muñoz sscc (sacerdote)
(texto extraido del boletin "derechos humanos: mision de la Iglesia" vicaria de la solidaridad)

5 comentarios:

Fdoaranc dijo...

no puedo sino sentirme plenamente identificado.

en efecto, la experiencia personal de fe debe ser, asimismo, una experiencia con el otro. en cuanto a mí, estoy en lo primero, de una manera tan hermosa, que, a decir verdad, hoy puedo sinceramente decir que de verdad creo. pero me queda aún vivir esta fe con el otro. el camino de la fe es un camino que se construye, y que construye, para tu vida, y para la de los demás.

tengo mucho más que decir, pero no encuentro palabras. lo pongo todo en manos de Dios, quien sabrá como interpretar lo que siento.

saludos!

Homosonare dijo...

Presentar este articulo del padre Ronaldo viene a quitar el sabor de boca de palabras como las del cardenal Medina dichas esta semana. Ojala que sigan existiendo sacerdotes y cristianos con esa vision de mundo.

saludos y bendiciones

Yanka dijo...

¡Bienaventurada Navidad Solidaria y despertadora de conciencias!
Amigo Ben.

Anónimo dijo...

muchas gracias amigos y hermanos, que privilegio en realidad poder beber de estos documentos tan reales y firmes en la opcion por Cristo.
En frases como "lo que hicieron al menor de mis hermanos a mi me lo hicieron", convierten automaticamente a los DDHH en divinos.Asi de claro.

muchas gracias a todos y un abrazo

Ululatus sapiens dijo...

¡Saludos a todos!

¿Qué les parece si nos vamos un poco más allá y afirmamos, según la más añeja tradición cristiana, que 'EXTRA PAVPERES NVLLA SALVS' ('fuera de los pobres no hay salvación')?

Me explico: http://ululatus-sapiens.blogspot.com/2008/04/diez-aos-sin-paz-entrevista-de-carlos.html