miércoles, 8 de octubre de 2008

Anecdotas reales de Knibily junto a los presos

"Era un dia de invierno (1993). El frio se sentía mas cruelmente por la extrema frialdad del corredor sucio donde 120 presos estaban amontonados. Uno de ellos, un jovencito de 18 años, llevandome a la celda donde vivían acurrucados ocho compañeros dijo: "¡Anoche, mi amigo "pulguita" se ahorcó mientras dormiamos". Entonces nos juntamos en una oración, encomendando al pobrecito a la Misericordia de Dios.

Me habia acostumbrado, antes de salir de la carcel, de pasar por el hospital donde sufrian los heridos. Encontre a varios que hacían pichí por el vientre, por causa de los balazos. Uno de ellos me explicó que, por falta de recursos de su familia, no podían operarlo. Y agregó: "aqui en la carcel, no disponen de maquinas necesarias para este tipo de operación".
Entonces sentí la felicidad de poder ayudar en conseguir dicha maquina, gracias al recien éxito de las ventas de mis pinturas, después de tantos años de explotación en el mundo del arte neoyorquino.

Y el muchachito con el cuello quemado, como me enternecía todo esto, no extrañó que todos me llamaron "Papito", y uno me hacia reir, cuando gritaba: "¡No empujís, loco, el Padre tiene cualquier cantidad de años!"
Estos recorridos de calles angustiadas y alegres, donde reina la desesperación, esos recorridos me llenan el corazón de energía y entusiasmo espiritual, más que cualquier otro apostolado realizado en el Recinto Jesús Misericordioso de El Tabito.

Gracias mi Jesús muy amado, por haberme ayudado a decidir dejar todo botado en Nueva York y haber tambien renunciado al sueño de establecerme en Miami Beach, para ahora y en adelante, recorrer esas calles de la Peni, donde desborda tu corazón. De vuelta a orillas del mar, a los pies de Jesús Sacramentado.
Nunca me sentí tan feliz de ser sacerdote, como acá en medio de los mas marginados de los seres humanos irradiando el amor comprensivo de Jesús Misericordioso."

P. Antoine Knibily sscc (Anécdotas)