Pero murió joven por ser sincero. Lo mataron porque le traicionaba la verdad en sus ojos. Pero murió sin odiar. Murió excusando, que es más que perdonando.
Es extraño ver a un Dios frágil, un Dios que llora, un Dios que no se defiende. Un Dios que perdona a sus asesinos y torturadores mientras lo están clavando.
Un Dios que debe morir para triunfar.
Un Dios que hace de un ladrón y criminal el primer santo canonizado de su Iglesia.
Un Dios joven que muere acusado de agitador político.
Un Dios sacerdote y profeta que sube a la muerte como la primera vergüenza de todas las inquisiciones religiosas de la historia.
Dios amigo de la vida, Dios que sufrió los mordiscos de todas las tentaciones, Dios hecho hombre que sudó sangre antes de aceptar la voluntad de su Padre.
Es difícil este Dios, para quienes creen que sólo se triunfa venciendo, para quienes creen que sólo se defiende matando, para quienes creen que salvación es sinónimo de esfuerzo y no de regalo, para quienes lo humano es pecado, para quienes santo es igual a estoico y Cristo igual a ángel.
(Modificacion de texto de Juan Arias) encontrado en el rincon de Yanka