domingo, 22 de marzo de 2009

Una Iglesia según el Evangelio

El Evangelio, en efecto, nos muestra a Jesús de Nazaret, el Mesías-Servidor, que vive y actúa como un profeta popular, humilde y motivo de contradicción, que habla con Dios en una intimidad nunca vista, que acoge a los marginados y come con los pecadores. En medio de su pueblo, él no es Maestro de la Ley, no es del movimiento fariseo ni de los sacerdotes del templo, no es Autoridad religiosa. Él es un "laico" de pueblo humilde, y de los mismos convoca a sus discípulos.


En su camino con ellos, Jesús educa a sus discípulos a la hermandad igualitaria, al perdón y el servicio mutuo, al compañerismo en la misión. Al revés de los fariseos, les inculca que ellos tienen un solo Padre y un solo Maestro. Al revés de los sacerdotes, les muestra a un Dios que nos dice: "Misericordia quiero, y no sacrificios", Al revés de los gobernantes, les enseña que ocupar el primer puesto es sentir y actuar como el sirviente.

Desde Pentecostés, en todo el Nuevo Testamento aparecen comunidades fraternas en convivencia sencilla y cálida y compartiendo con los mas pobres; donde todos y cada uno son testigos y profetas, orantes inspirados y servidores, con variedad de carismas y ministerios. Allí se reconoce la autoridad de los apóstoles: por haber caminado con Jesús, y por ser, con las mujeres, los primeros testigos de su resurrección; por recibir ellos del Resucitado un especial encargo de confirmar y pastorear a los hermanos e ir delante en la misión. Pero el espíritu de amor fraterno, de oración y profecía, se derrama en todos: hombres y mujeres, ancianos y jovenes, judíos y extranjeros. Con el concurso de todos se construye comunidad, testigo y misionera, cuerpo visible de Cristo en el mundo.

El mismo Jesucristo, crucificado y resucitado, es presentado en el Nuevo Testamento como el único Sacerdote de la Nueva Alianza, que hace inútiles al clero mediador y el culto separado de la Antigua. Por eso, el Nuevo Pueblo de Dios en Jesucristo tiene todo entero acceso directo al Padre y es entero consagrado como Pueblo profético, sacerdotal y real. Por eso el cristianismo primitivo se extiende entre los pueblos como una religión sin castas ni discriminaciones, sin templo ni sacerdotes, donde los ministerios más importantes son los del anuncio del Evangelio: para el "culto" de la vida cotidiana y la salvación del mundo.

Con este horizonte evangélico y recogiendo el anhelo del pueblo de Santiago, tenemos que recuperar entre nosotros el estilo y las estructuras de una Iglesia fraternal y comunitaria, entera carismática, ministerial y misionera. Donde opiniones, iniciativas y tareas, sean acogidas y animadas, y coordinadas flexiblemente por "pastores humildes y cercanos, hermanos y servidores de sus comunidades" (Sto. Domingo). Donde la deliberación colegial y el discernimiento comunitario sean practicados en todos los niveles, a fin de "resolver en común las cosas más importantes contrastándolas con el parecer de muchos" (Vaticano II)

Sólo así podemos como Iglesia ser luz y sal del Evangelio, en esta enorme ciudad tan marcada por el individualismo, la división y la injusticia; tan herida por la imposición de quienes concentran los bienes materiales, el conocimiento y las decisiones.
¡muchas gracias!

(fragmento) R.Muñoz sscc, sacerdote catolico

domingo, 8 de marzo de 2009

Clandestina y pequeña reconciliación

Mientras se acerca semana santa, florece una antigua anecdota que maravillosamente es capaz de traer a la mesa dos temas que han pasado entre finales del 2008 y principios del 9. Estos son: La feroz guerra entre palestinos e israelíes, y las polemicas relaciones entre el pueblo Judío y el Vaticano por sucesos de algunos sacerdotes de la linea de Lefebvre. La anecdota en cuestion que quiero contar (que me fue contada por la Carla, una fuente directa que estuvo ahí) no solo es ad-hock para reflexionar sobre estos ultimos dos conflictos, sino que además ocurrió en un via crucis, a proposito de la semana santa que viene luego.

En la legua se acostumbra realizar un via crucis popular por la calle todos los años y antiguamente, no supe muy bien porque, caminando entre la gente participaba siempre un Rabino. Parece que era amigo de un cura de la Legua. Para el via crucis del año 2001 había nubosidad parcial y además del Rabino había, increiblemente entre los jovenes y adultos, un representante de las juventudes palestinas. Vale decir que dos "fuerzas" aparentemente opuestas estaban realizando el mismo via crucis. Antes de llegar a la última estación parece que todo se dio en orden. Sin embargo, derrepente cuando llegaron a la estación final, la Carla me contó que el Rabino tomó la palabra. Él sabía que entre la gente había un representante palestino. Había nubosidad parcial y pasó lo siguiente: el Rabino se dirige a todos, y se dice que dice algo asi como:

"quiero tomar la palabra y aprovechar este momento para pedirle al representante de las juventudes palestinas que se acerque y en nombre de todo mi pueblo le quiero pedir perdón por todos los años que llevamos combatiendo".

Y se acercó, parece que se dieron la mano y/o se abrazaron a la vista del pueblo. Y aunque paresca increible, de alguna forma la nubosidad parcial que se estaba convirtiendo en nublado hizo que sonaran truenos! y como me dijo mi amiga, hasta les llovió un poco!. Que sonara el cielo y cayeran gotas luego del abrazo judio-palestino ante los ojos emocionados del pueblo leguino era realmente milagroso, y la Carla me contó que vio todo eso con sus propios ojos y obviamente todos quedaron marcados (y mojados). ¿como no va a ser esperanzador? ¡¿como no va a ser el amor lo mas fuerte?!

Me impresiona pensar que tan cerca, en la misma Legua, han habido abrazos judio-palestinos bajo la emoción electrica y climatica del Dios que los contempla, y sin embargo pocos pudieron presenciar eso. Es como que Dios esta revelando secretos clandestinos en lugares escondidos. (Justo en el Evangelio de ayer Jesús se transfiguró a la vista de unos pocos) Parece que realmente no se les están revelando los secretos a los sabios sino a los humildes.

Que Gaza, el Vaticano, Israel, Palestina y todos, miremos esta anecdota de la Legua como un clandestino milagro de amor que pasó el 2001.
celebremos esta luminosa esperanza , esta clandestina y pequeña reconciliación mientras escuchamos estos acordes (click aqui)
Increible y hasta el dia de hoy, clandestino.